Intensidad de la luz y estado de ánimo

intensidad de la luz

Hoy en día sabemos, ya que numerosos estudios científicos lo avalan, que la luz o la intensidad de la luz influencia nuestro estado de ánimo. Lo que posiblemente desconocemos, y seguro nos sorprende descubrir, es que dicha intensidad, no solo potencia nuestras emociones positivas, sino también las negativas.

“La intensidad de la luz potencia nuestras emociones, positivas y negativas.”

La regulación de la luz, el uso en su ajustada medida, o en su adecuado momento, está intrínsecamente relacionada con el ahorro energético, el consumo y la eficiencia, pero también con la salud y las emociones.

La claridad nos activa, nos hace estar más concentrados, ser más productivos, estar más despiertos. Es una evidencia que, en días soleados, a primeras horas de la mañana o en espacios con una temperatura de color más fría, las personas se sienten más optimistas, más animadas, más enérgicas y también más alegres. Al contrario, las luces más tenues o más cálidas, como las del atardecer, nos mantienen más relajados, más tranquilos, nos predisponen al sueño y nos aportan calma, pero también pueden aumentar la melancolía y la tristeza.

Calidad e intensidad de la luz

Sin embargo, coexisten estudios científicos que parecen contradictorios. Por un lado, avalando la tesis anterior, hay numerosas investigaciones que relacionan directamente el estado de ánimo con la luz, bien con su temperatura de color (relacionando la luz con los ritmos circadianos), o bien con las horas de exposición (relacionando la Luz con el trastorno afectivo estacional). Pero, por otro lado, tenemos otros estudios, basados en estadísticas, que vinculan el aumento de depresiones, incluso de suicidios, a finales de primavera y en verano, cuando el clima es más cálido, hay más luz, el sol brilla más intensamente y por más horas (más información sobre este tema en: https://www.livescience.com).

Pese a la creencia extendida de que el invierno es la época más triste, las estadísticas demuestran que la salud mental empeora en primavera. Las personas propensas a la depresión se deprimen más y los suicidios alcanzan los picos más altos, coincidiendo con cuando de más luz disfrutamos.

Esta aparente contradicción, que ha propiciado investigaciones acerca de otras posibles causas y agentes provocadores; la contaminación ambiental, los alérgenos, los procesos inflamatorios…, llevó a científicos de la Universidad de Toronto a investigar sobre esta paradoja y su vinculación con la luz. El resultado de sus seis estudios reflejó que las emociones humanas, ya sean positivas o negativas, se potencian bajo una luz brillante. Con luz abundante las emociones se sienten más intensamente.

El exceso de luz estimula, para bien y para mal. Eleva la alegría y la motivación, pero también la ansiedad y la agresividad. Lo exacerba todo.

“La luz brillante intensifica la reacción emocional inicial que tenemos ante diferentes tipos de estímulos, incluidos productos y personas”

De hecho, el resultado de esta tesis , no establece contradicción con las demás investigaciones, sino que es compatible y nos aporta aún más datos de cómo utilizar la luz en nuestro beneficio, tanto en aspectos relacionados directamente con la salud como también en otros ámbitos, como la productividad o el marketing.

Por ejemplo, a nivel comercial “los especialistas en marketing también pueden ajustar los niveles de iluminación en el entorno minorista, de acuerdo con la naturaleza de los productos en venta (…) Si está vendiendo productos emocionalmente expresivos, como flores o anillos de compromiso, tendría sentido hacer que la tienda sea lo más brillante posible”.

“La luz puede ser un poderoso aliado a la hora de generar más ventas o incrementar la productividad”

Proyectos de iluminación de tiendas

Niveles altos de iluminación propiciarían decisiones más impulsivas relacionadas con esas compras más emotivas. Y, al contrario, ante la toma de decisiones importantes, o negociaciones, donde sea necesario la racionalización, bajar la intensidad de la luz facilitaría resoluciones, acuerdos y transacciones, con vinculaciones menos emocionales.

“Apagar la luz, por sencillo y sin esfuerzo que parezca, puede reducir la emotividad en las decisiones cotidianas, la mayoría de las cuales tienen lugar bajo una luz brillante.”

Por ello, por ejemplo, es recomendable una luz suave, cálida y difusa al anochecer, para relajarnos antes de irnos a la cama.

Regular la tonalidad y temperatura de color de la luz, o las horas de exposición, es por tanto compatible, y beneficioso, con regular la cantidad de luz recibida.

En cualquier espacio, un estudio previo de la iluminación, una buena elección de las luminarias y de los parámetros óptimos para cada lugar y uso (temperatura, intensidad, óptica, reproducción cromática …), así como escoger los sistemas de regulación o detección adecuados, siempre nos va aportar beneficios que sumarán a nuestro bienestar, a nuestro negocio y a nuestra productividad.

Somos seres emocionales, todo lo que está en nuestro entorno nos afecta. Conocer qué, cómo y de qué manera nos puede condicionar, así como saberlo usar en nuestro beneficio, es una herramienta valiosa.

Más información: https://www.sciencedirect.com

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