Iluminar probadores en tiendas de moda es un punto clave en la iluminación de tiendas de moda que a menudo queda relegado a un segundo plano e incluso, lamentablemente a veces, no es objeto de ningún estudio. Es precisamente en este espacio donde se acaban decidiendo las ventas. El escaparate siempre va a ser el reclamo que llame al cliente a entrar, la sala de exposición será donde el cliente elegirá las prendas que le gustan, pero donde va a decidir si hace la compra o no, es en el probador.
El probador debería ser un lugar cómodo, sin estrecheces, con espacio suficiente para colgar la ropa elegida para probar y también la propia, con alguna butaca para facilitar calzarse y descalzarse. Debería estar bien climatizado, con una temperatura adecuada, para no pasar calor ni producir agobio. Y sobre todo debería estar bien iluminado.
Cómo iluminar probadores para potenciar las ventas
Entre los errores que se dan a la hora de planificar el espacio de los probadores en tiendas de moda, es bastante habitual encontrar probadores cuya iluminación está destinada únicamente el propio espacio, cumple una función estética, pero que olvidan reproducir fielmente el producto; sus colores, su textura. Y más más frecuente aún que, teniendo en cuenta esos dos aspectos y eligiendo una adecuada temperatura de color y un buen índice de reproducción cromática de las luminarias, éstas estén ubicadas de tal forma que el cliente no se vea favorecido precisamente por el efecto de la luz.
Debe evitarse en los probadores la emisión de luz cenital de acento sobre el cliente, la típica situación que se produce al colocar una luminaria en el techo, centrada en el espacio, y con un haz de proyección concentrado. Este tipo de luz en la cara, en el cuerpo, en la piel, nos ofrece una distorsión exagerada de cualquier irregularidad de esa superficie, incluso del conjunto, y la aparición de sombras muy marcadas, en la cara, el cuerpo y en las prendas. Lo mismo ocurre cuando iluminamos así una pared, hasta lo imperceptible se hace protagonista.
El cliente debe verse favorecido en el probador para comprar el producto, o saldrá sin él. Hay que evitar que la luz destaque y potencie de una manera exagerada volúmenes, arruguitas, granitos, etc., que no van a potenciar esa venta sino todo lo contrario.

Algo parecido sucede cuando la luz viene desde detrás de la persona que está en el probador, llegando incluso a crear reflejos y destellos en el espejo, molestos a la vista y que impiden tener una buena visión al cliente de lo que se está probando. Además, que la luz sea proyectada desde atrás, genera que la parte que ve el cliente, la parte delantera, la cara y parte frontal del cuerpo, quede a oscuras o en la zona de sombra, impidiendo apreciar realmente como queda el producto. Además, y sobre todo si la luz nos deslumbra o crea molestias visuales a través del espejo, impide que se puedan apreciar correctamente los colores y formas, además de propiciar una sensación general de incomodidad en el cliente que dificultan la venta.
Para evitar estos efectos indeseables, la mejor opción para iluminar probadores en tiendas de moda es hacerlo de manera frontal, de la forma más homogénea posible y desde el espejo hacia el cliente. Una buena opción es colocar una iluminación lineal a ambos lados del espejo, o de esa pared, evitando sombras indeseadas, utilizando una temperatura de color neutra y alto índice de reproducción cromática que permita la perfecta apreciación de los colores y sus matices..

Es recomendable que los lineales que emitan la luz sean tan largos como el lateral del espejo, con el fin de proporcionar un flujo de luz suficiente para iluminar homogéneamente toda la altura del cuerpo en su totalidad. Además, estos lineales deben estar provisto de difusores que proporcionen un buen ángulo de apertura, que maticen y proyecten la luz de un modo amplio, difuso y lo más homogéneo posible en el espacio del probador, con el fin de proporcionar una buena experiencia de compra.
Hay que tener muy presente que la luz vende, y que una adecuada iluminación en tiendas de moda, y en cualquier tipo de tienda en general, puede suponer una gran diferencia en el volumen de ventas.