Cómo ahorrar electricidad instalando sensores y reguladores

Actualmente ahorrar electricidad se ha convertido en un objetivo prioritario. Por ello, como ya hemos comentado en artículos anteriores, es recomendable mejorar la iluminación, sustituyendo los sistemas de iluminación clásicos (incandescencia, halógenas, fluorescentes…) por otras más eficientes, como por ejemplo la tecnología LED. De esta forma, obtenemos unos mismos resultados lumínicos e incluso superiores, reduciendo muy considerablemente el consumo y nuestra factura eléctrica. Pero podemos avanzar más en el ahorro, ajustando el uso que le damos a la iluminación, en tiempo y en cantidad.

Para ello podemos añadir a nuestra instalación diferentes dispositivos que regularán por nosotros estos dos aspectos que enunciamos.

Tipos de sensores y reguladores

  • Los reguladores de intensidad. Son dispositivos que se colocan en la instalación y que, mediante un mecanismo fijo de pared, o un equipo móvil, nos permiten controlar la intensidad de iluminación en cada momento, ajustándola a la necesaria para la actividad o a la preferencia del usuario. Reducen el consumo con la reducción de la intensidad.
  • Los sensores de movimiento o presencia. Son dispositivos que se colocan en el espacio que vamos controlar y que, mediante sondas que detectan los movimientos, limitan el tiempo que queremos que permanezcan las luces encendidas, ajustándolo solo al indispensable. Reducen el consumo evitando tiempo de encendido innecesario.
  • Los sensores/reguladores de luz natural. Son dispositivos que mantienen los niveles de luminosidad, regulando la intensidad de la iluminación artificial, en función de los aportes de luz natural que detectan mediante fotocélulas. Contribuyen al ahorro energético reduciendo ambas cosas, el tiempo y la intensidad de las encendidas.

Todos proporcionan una alta eficiencia a la iluminación, contribuyendo al ahorro energético, pero sin disminuir las prestaciones del usuario sino, al contrario, adaptándolas a un mejor uso.

Iluminar solo con la intensidad necesaria (reguladores)

El Dimmer o regulador, es un dispositivo electrónico, que nos ofrece la posibilidad de ajustar la intensidad lumínica o el flujo de las luminarias, de manera que podamos aumentarla o disminuirla por completo, con el fin de adaptar una misma luminaria a las necesidades de cada actividad o momento del día. Es un producto que aporta confort y, además, es un aliado en el ahorro energético y el gasto eléctrico.

Ahorro de electricidad

Los reguladores antiguos (potenciómetros) solo ofrecían la función estética o de confort visual, pero, por su funcionamiento, no contribuían al ahorro energético. Para disminuir la corriente que llegaba a la lámpara la desviaban a una resistencia variable (potenciómetro), que se calentaba. Así, para disminuir la intensidad luminosa aumentaban la resistencia y al revés, para aumentar la luminosidad reducían la resistencia. No ahorraban energía, la energía seguía pasando por el circuito en la misma cantidad, dividiéndose entre la lámpara y la resistencia.

Los Dimmers modernos tienen un funcionamiento distinto. Encienden y apagan el circuito muchas veces por segundo, reduciendo de esta manera el voltaje que lo atraviesa.  Técnicamente, utilizan las dos direcciones de la corriente alterna, apagando el circuito cada vez que onda sinusoidal llega al nivel que le asignamos y volviéndolo a encender cuando la tensión vuelve a alcanzar ese nivel. Si la señal se corta cuando la onda alcanza 180V tendremos mucha intensidad, si se corta cuando alcance 30V tendremos muy poca intensidad.

Al apagar muchas veces el circuito, reducen el gasto de energía consumida. Cuanto más se limite la intensidad a rangos inferiores, también consumirán menos energía.

¿Cómo regular lámparas Led?

No todos los Leds son regulables, ni todas las luminarias están preparadas para el mismo sistema de regulación, por ello, antes de hacer la instalación, hay varios aspectos a tener en cuenta.

Elegir Leds regulables. Las lámparas Led regulables usan componentes diferentes a las que no lo son, por lo que, si tenemos lámparas no regulables, las tendremos que cambiar para poder regular el circuito.

  • Todas las bombillas especifican en su embalaje si son regulables o no.
  • Lo mismo ocurre con las luminarias Led, en sus especificaciones viene indicado si son aptas para usar con dimmer y con qué tipo de protocolos de regulación son compatibles.
  • Las tiras flexibles de Leds de baja tensión (a VDC) son todas regulables con una fuente de alimentación convencional VDC y un regulador adecuado. Aquí la regulación puede realizarse de 2 maneras diferentes:
        • Mediante la regulación del voltaje VDC de salida de la fuente, entre la fuente y la tira led
        • Mediante el uso de fuentes que admitan señal de entrada de regulación, según el sistema o protocolo deseado (Dali, 1-10v, Casambi, etc.)

Controlador inalámbrico para tiras led

Elegir reguladores adecuados para Leds. No puede usarse cualquier regulador con una lámpara Led, ya que no todos son apropiados, ni compatibles.

  • El dimmer debe ser específico para leds. Los dimmers antiguos que tengamos en lámparas incandescentes, o halógenas, seguramente no sean compatibles con Leds, salvo si los Leds o las fuentes admiten una regulación de fase.
  • Dimensionamiento de la instalación y equipos. El dimmer debe ajustarse a la potencia de nuestro circuito. No debemos usar nunca un dimmer para un rango de potencia inferior a la potencia del conjunto de lámparas que va a regular.
  • Cada luminaria Led regulable tiene un protocolo de regulación concreto, por ello debe conocerse para escoger el tipo de dimmer que sea compatible con ese protocolo.

La regulación de la intensidad en la iluminación nos ofrece múltiples ventajas tanto en confort como en ahorro. Nos permite utilizar una misma luminaria para adaptarla a las necesidades de cada momento, ajustando su consumo al necesario en ese instante. Nos ayuda a bajar la factura eléctrica y también nos ahorra tener distintas luminarias para conseguir diferentes efectos lumínicos. Por ejemplo, una luz directa en una habitación infantil, o una sala, regulada a baja intensidad puede convertirse en una luz indirecta para actividades más relajadas.

Además, la regulación Led contribuye a alargar su vida útil, produciendo un menor desgaste del dispositivo, al contrario que ocurre con otras tecnologías, como las halógenas. Las halógenas se ven muy afectadas por la reducción de la intensidad, ya que los gases que dan durabilidad a la bombilla solo funcionan bien a alta temperatura. Con el Led ocurre lo contrario, una menor emisión de calor alargará la vida del Led. Además, los Leds se ven menos afectados que otras tecnologías por los ciclos de conmutación.

Como plus, si el control que elegimos es remoto y utilizamos un sistema inteligente, no solo podremos integrar otras instalaciones, sino que además podremos acceder a ellas sin estar en casa, encendiendo y apagando luces estando fuera, dando la sensación de habitada y evitando ocupaciones y robos.

Iluminar solo cuando sea necesario (sensores)

Aunque tengamos una iluminación muy eficiente y de bajo consumo, mantener iluminados espacios desocupados, siempre va a ser un gasto evitable. No preocuparse de ir apagando luces y contar con un dispositivo que lo haga automáticamente nos ayuda a conseguir un consumo más eficiente y a ahorrar electricidad.

Existen varios tipos de sensores en el mercado y, si bien todos nos van a ser útiles para ayudarnos en el ahorro energético, los hay que son más y menos adecuados según los usos y actividades del recinto donde los vayamos a colocar. La elección de un mecanismo que se adapte a nuestras a necesidades, va a depender de la sensibilidad del dispositivo y del tipo de movimiento que se genere en la estancia.

Sensores para ahorrar electricidad

Sensores de movimiento

El sensor de movimiento, es un dispositivo que enciende automáticamente la luz cuando percibe un movimiento en la zona de detección seleccionada, mantiene el encendido el tiempo que se le haya programado y después de ese tiempo lo apaga, apagando las luces para ahorrar electricidad. Detecta movimientos de personas caminando, pero le cuesta detectar movimientos menores, por ello es indicado para zonas de paso como pasillos, escaleras, vestíbulos, recibidores, zonas comunitarias, cuartos de instalaciones, garajes…

Este tipo de sensores, al no detectar movimientos más pequeños, pueden generar situaciones incómodas si los instalamos en otras zonas donde se permanezca más pausado o sedentario. Por ejemplo, esto ocurre si lo colocamos en baños donde, si se apaga, para encenderlo tendremos que hacer movimientos o aspavientos más exagerados.

Por otro lado, tiene la ventaja de que al ser menos sensible también es más económico.

Además, es un tipo de sensor que puede aportarnos una componente extra de uso vinculada a la seguridad, ya que son muy útiles para detectar movimientos no deseados. Detectan intrusos en zonas exteriores encendiendo las luces en ese momento y alertándonos. También los podemos usar en interiores con ese fin, por ejemplo, para detectar la entrada de alguien en una zona restringida.

Sensores de presencia

El sensor de presencia es otra manera eficaz de ahorrar electricidad. Es un mecanismo similar al sensor de movimiento, pero más sensible, ya que hace una lectura continuada del espacio. Detectan movimientos mucho más pequeños, como el movimiento de un dedo, incluso aún más mínimos según la tecnología del sensor. Este tipo de sensor está indicado para zonas sedentarias, donde haya presencia más continua y se requiera iluminación. Son muy adecuados para aulas, salas de reuniones, oficinas, baños…

Estos sensores cubren distancias mayores y se pueden instalar a mayores alturas, por lo que también los hace adecuados para otro tipo de espacios como almacenes o pabellones.

Los apagados y encendidos no tienen que ver con la intensidad del movimiento que se realice, sino únicamente con la presencia humana por lo que resultan más cómodos. Además, tienen el valor añadido de que al detectar la ocupación no solo pueden conectar la iluminación sino también otras instalaciones como los extractores en los baños o la climatización en oficinas.

Sensores de luz

El sensor de luz permite controlar el uso de la iluminación artificial en función de los aportes de luz natural que tengamos en cada momento. Estos aportes no solo van a depender de las horas del día o de la climatología, sino también de la disposición de las luminarias con respecto a las ventanas o las sombras exteriores proyectadas. Es decir, no va a tener el mismo aporte de luz natural una zona de una oficina que esté a 2 metros de las ventanas de fachada, que otra que se encuentre a 6 metros. Ni tampoco va a llegar la misma luz natural al interior de una estancia que se encuentre en una planta inferior, con edificios colindantes que le tapen la luz, que otra situada en plantas superiores sin ese bloqueo de la luz solar.

Los sensores de luz van a captar esas diferencias y van a regular, no solo el encendido de unas luminarias sí y otras no, sino también la intensidad de iluminación artificial según el aporte recibido. Por ejemplo, con aporte solar, pueden apagar totalmente las luminarias colindantes a las ventanas, reducir la intensidad de las siguientes más cercanas y mantener al 100% el resto.

Los sistemas de aprovechamiento de la luz natural, y por tanto este tipo de sensores son obligatorios desde hace unos años por normativa (CTE, DB HE3, 2.3.b) para una serie cada vez más amplia de supuestos de aplicación.

Sensores de movimeitno para iluminación
Instalación con sensores de presencia por sectores, para ahorrar electricidad

En resumen

En definitiva, y frente a la necesidad de ahorrar electricidad y energía en general, cada vez más imperativa por las circunstancias y la coyuntura actuales, podemos elegir siempre utilizar tecnologías más eficientes como la tecnología led para iluminación y mecanismos de control para reducir ese consumo sin privarnos de ninguna prestación.

Una limitación de uso puede interferir con nuestra rutina diaria e incluso con nuestros intereses comerciales, mientras que iluminar solo cuando sea necesario y solo con la intensidad necesaria minimizará nuestro gasto sin restarnos ninguna prestación.

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